O jornalista de La Voz de Galicia compareceu na madrugada de hoje, 21 de Dezembro, na estação de Ourense para efectuar a primeira viagem do serviço comercial do AVE Galicia-Madrid, com o início do serviço.
A seguir o respectivo texto.
La Voz de Galicia
20211221
Pablo González
El primer AVE que sale de Galicia llega más que
puntual: dos horas y 13 minutos entre Ourense y Madrid
PABLO GONZÁLEZOURENSE-MADRID / LA VOZ
El primer viaje en AVE desde dentro
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El tren que estrenó la alta velocidad no alcanzó la mitad de
ocupación, pero las frecuencias de vuelta desde Madrid están completas
21 dic 2021 . Actualizado a
las 16:44 h.
Las caras de sueño van apareciendo antes
de las seis de la mañana en el vestíbulo de la estación de Ourense. Los
primeros viajeros se sientan en la sala de espera o hacen cola para pasar por
el control previo a acceder a los andenes. El vestíbulo de la estación está en
la penumbra, la terminal aún se está preparando para los AVE madrugadores, que
llegan a Madrid a las 8.45 horas. El primer AVE en servicio comercial que sale de Galicia lo hace puntual,
a las 6.30 horas, después de pasar el
control de equipajes. Diez minutos después pasa por Taboadela, muy cerca del
cambiador de ancho por el que deben pasar los Alvia. A partir de este momento
el tren inicia el proceso para aumentar la velocidad, superando los 200 por
hora. Empieza a notarse el rebufo de los primeros túneles. La velocidad máxima
no se alcanza hasta las siete y ocho minutos de la mañana, muy cerca ya del
límite con Zamora. Se queda en los 299 por hora, pero poco después
supera ligeramente los 300, tal vez por la inercia en una zona con una ligera
pendiente descendente. El sistema ERTMS, que controla la velocidad en todo
momento, le impide superar ese registro pese a que podría llegar a los 330 por
hora.
El AVE abre una nueva etapa de movilidad para Galicia con
asignaturas pendientes
José Otero Guede es uno de esos viajeros
globales que lo ha probado todo. El AVE no es desconocido para él, ya lo ha
utilizado para ir a otras ciudades del país. Es ourensano, se crio en
Venezuela y fue el director del centro gallego de Puerto Rico. Ahora vive en
Florida, adonde volverá para pasar la Navidad con su familia. «Esto se tenía que haber construido antes, pero la montaña ourensana es muy
dura, hay mucha piedra, y había que invertir mucho dinero», asegura con un acento
sudamericano que es un cóctel de distintas latitudes.
El viajero José Otero Guede, ourensano criado en
Venezuela, volverá a Florida para pasar la Navidad en familia Miguel
Villar
El primer tren de alta velocidad estricta
que sale de Galicia va medio lleno, apenas 160 personas de las 365 plazas que tiene el AVE S-112. La
demanda es mayor en los viajes de vuelta desde Madrid, que vienen completos.
Las frecuencias del
resto de la semana tampoco tienen plazas libres. En el primer día de
funcionamiento de la línea de alta velocidad a Galicia la utilizarán cerca de
5.000 personas. Adrián Carrilano es una de ellas. Es valenciano. Vive en
Sabuguido, una aldea de Vilariño de Conso, donde cultiva
castaños. «Empecé con las ovejas, pero es una vida muy esclava», comenta.
Adrián compró con antelación los billetes y le salieron por 40 euros hasta Valencia, siempre en alta velocidad. Aprovechó las ofertas y
cruzará todo el país a un precio y unos tiempos muy competitivos. El problema
es cómo llegar desde Vilariño de Conso hasta la estación de Ourense. Le trajo
un vecino en coche en un viaje que duró más de una hora. Su experiencia refleja
el problema de comunicaciones de la Galicia dispersa y rural, en la que lleva
viviendo ya tres años. Como lo que les pasó a cinco viajeros que esperaban al
primer Alvia que debía parar en la nueva estación Porta de Galicia, en A Gudiña, sobre las ocho de la mañana. Al parecer, el control de circulación le
obligó a circular por la vía general, y no por la desviada que circula por los
andenes de la estación. Son los desajustes propios del primer día de
puesta en servicio. Personal de Renfe iba a intentar localizarlos para que
cogieran el Alvia de las 10.30 horas, pues los AVE no paran en A Gudiña. Solo
en Zamora. Adrián, que viaja con su perrito, se despide. Es uno de esos colonos
de la Galicia vaciada a los que hay que desear que todo le vaya bien.
Miguel Villar
Cuando empieza a amanecer, sobre las ocho
y 10 minutos de la mañana, el tren se está acercando ya a Segovia. Es curioso cómo un país se vuelve tan pequeño gracias a la velocidad. En
uno de los 12 coches del AVE, viajan Rosa Díaz, Rosa Miguélez y Francisco
Pombo. Van a pasar el día a Madrid y volverán en el tren de las ocho de la
tarde. Rosa Díaz es la directora de la Biblioteca del Ministerio de Cultura en
Ourense. «Vamos a terracear y a callejear,
pero aprovechando el viaje se nos ocurrió visitar el cementerio civil y poner unas rosas rojas en la tumba de Almudena Grandes. Era una escritora muy
cercana a sus lectores, y muy leída en nuestra biblioteca. Creemos que se lo
merece», explica. Rosa posa con sus rosas rojas al lado del tren que la trajo a
Madrid, evidenciando que el AVE también puede servir para cumplir pequeños
sueños.
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LA VOZ
El tren llegó dos minutos antes de la hora
establecida, más que puntual. Poco después una enorme fila de viajeros se
dispone a coger el tren de vuelta, entre ellos el modelo ourensano Miguel
Iglesias, que viene cargadísimo de equipaje, de vuelta a su casa en Ourense desde Nueva York. Lo local y lo global
se entrelaza en estos trenes. «Ya ves. Es una casualidad, pero voy a estrenar
el AVE a Galicia. Me hace mucha ilusión», comenta. Un poco más adelante, una
mamá intenta introducir el cochecito de su bebé en el tren. Es Isabel, un bebé
de tres meses, la viajera más joven de la alta velocidad gallega. Cuando sea
mayor pensará que los AVE siempre han estado aquí.
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