O exemplo abaixo deu à estampa no jornal La Vanguardia do dia 29 de Junho de 2008.
DIÁLOGOS EN EL AVE
Escritores en un tren
Quim Monzó y Juan José Millás hablan de Barcelona y Madrid a 300 km/hComo si estuviéramos en una railmovie o en uno de sus cuentos, un escritor madrileño y uno barcelonés han aceptado encontrarse en el AVE Barcelona-Madrid, para hablar de sus ciudades y su escritura. Juan José Millás (Valencia, 1946), último ganador del premio Planeta con su autobiografía novelada El mundo,y Quim Monzó (Barcelona, 1952), que acaba de publicar Mil cretins (Quaderns Crema/ Anagrama), recorrieron juntos, en 2 horas y 43 minutos, los 659 kilómetros que separan ambas localidades.
Crímenes en la vía
Quim Monzó: Y aquí en el AVE, ¿qué se supone que debemos hacer?, ¿un asesinato?
Juan José Millás: ¿Cómo?
QM: Claro, al AVE le falta un cadáver, es fundamental. Antes de que lleguemos a Madrid debe haber un cadáver aquí.
JM: En el vagón somos siete. Nos tenemos que quedar en seis.
QM: Si llegamos a un pacto económico yo puedo hacer de asesino… Un asesinato es básico. El Orient Express no sería lo que es sin su asesinato de Agatha Christie. En el Transiberiano debieron de morir a millares. En el Far West los asaltos de los sioux formaban parte del trayecto.
JM: En las películas del Oeste, los indios iban encima del tren. Pero aquí, con las velocidades que hay, no sé si a 300 por hora...
QM: En Alemania hay ladrones que roban camiones en marcha: se colocan detrás de un tráiler y van tirando los objetos de valor a un coche que va detrás. Técnicamente, pues, es posible asaltar el AVE en marcha.
Paseos que inspiran
JM: ¿Te gusta pasear?
QM: Muchísimo. El problema es que Barcelona me la conozco de cabo a rabo, y entonces me aburre. Afortunadamente ahora van cerrando las antiguas tiendas y salen otras nuevas, el fenómeno migratorio cambia toda la fisonomía comercial, vuelve a tener gracia porque es como si visitases una ciudad nueva. Cuando me encargan un reportaje y me envían a una ciudad, al segundo día acabo con llagas en los pies.
JM: Yo camino dos horas diarias. A los diez minutos de pasear, empieza la cabeza a pensar, resuelves cosas, es increíble…
Las perlas de la prensa
JM: Tú eres un cazador bueno de noticias. ¿De dónde las sacas?
QM: La gente cree que me las invento. ¡No tengo tiempo! Eso de la gente que olisquea los asientos de las bicicletas del Bicing es verdad, por ejemplo.
JM: Pero ¿como un vicio?
QM: Es una tradición estadounidense. Robert Coover hablaba en La fiesta de Gerald de sniffing,olisquear en el campo los sillines de las bicicletas de las chicas.
JM: ¡Qué bueno! La vida cotidiana es fantástica.
El manifiesto de Savater
JM: No acabo de entender la desproporción que está adquiriendo esto, he visto que dicen que 50.000 intelectuales se han adherido. ¡No puede ser que haya tantos intelectuales! Piden que activemos nuestro cerebro de reptil: el miedo al otro, al que no habla como yo, enfrentan a comunidades... Y lo que podría ser un problema puntual se convierte en un drama nacional.
QM: Es la enésima versión de esos manifiestos que dicen: qué cabrones los catalanes, que tienen jodido al castellano. Cuando en realidad vas por la calle y casi ya no puedes hablar catalán.
La ropa y Gaudí
JM: En la Gran Vía desaparece ahora el Avenida, uno de los grandes cines de Madrid, y se convierte en una tienda de ropa. Estamos invadidos por las tiendas de ropa. Igual que hubo un pinchazo tecnológico y uno inmobiliario, un día llegará un pinchazo del textil.
QM: En Barcelona el gran cambio es el turismo. Desde los años noventa la ciudad se ha llenado de turistas a un nivel asfixiante, por Gaudí y la Sagrada Família. A ver si hacen de una puñetera vez el túnel del AVE. Usted, que es de Renfe, ¿cómo está esto?
Renfe: Lo estamos haciendo.
QM: Pues acabadlo y, por favor, tiradme los cimientos, ¡que caiga la Sagrada Família! Se supone que Gaudí la hizo para que la gente se recogiese. Pero está todo lleno de guiris, hay que pagar por entrar, es un negociazo, un descaro.
Jamón, jamón
QM: En Madrid se come mejor que en Barcelona. Muy bien.
JM: ¿Ah, sí?
QM: En Barcelona, la cocina tradicional ha quedado masacrada por toda la tontería creativa, que es muy interesante para quien le guste y todo lo que quieras. En Barcelona todo son platos cuadrados, el petit foie de petit... con reducción de vinagre de Módena. Es muy difícil comer bien. He comido en Can Fabes, y he comido muy mal. Pero también he comido en El Bulli, y he comido pésimamente. Es que a mí me gusta la comida, no los experimentos gastronómicos, para vivir experiencias ya me tomo un tripi. Tengo gota, colesterol, transaminasasa, triglicéridos, gamma GT alta, todo lo que quieras, pero es muy bueno comer.
JM: Pero en Barcelona yo también como muy bien. Como echo de menos el mar, me voy a comer al puerto.
La vidilla y la gente mayor
JM: Hay una cosa que discuto con mis amigos catalanes de Madrid. Les digo: "¿Pero tú como has dejado Barcelona? ¿Estás loco?". ¡Dejar una ciudad con esa luz, y esas posibilidades de paseo! Barcelona es mucho más paseable que Madrid ¡y con mar! Y la respuesta muchas veces es: "Madrid tiene más vida, es una ciudad más movida, iconoclasta". La última respuesta que me dio un catalán fue: "Barcelona es una ciudad para gente mayor". Y respondí: "Pues por eso me gusta tanto, porque ya voy para gente mayor". Es una ciudad muy bien trazada, pero detecto esta percepción de que Madrid es la vidilla…
QM: Son tópicos. Hay una cantidad de gente que se mueve por frases que quedan bien.
Las movidas
JM: Recuerdo la movida de los ochenta como una cosa muy loca, bebíamos mucho, pasábamos noches en blanco, eran los momentos de la frontera entre la juventud y la madurez, fue una exaltación, veníamos de la dictadura.
QM: La juerga continua, en Madrid, tuvo el nombre de movida y aquí no, pero eso es, sencillamente, la juventud. Era impactante, claro, pasar de una situación en que todo estaba prohibido a una en que todo se podía hacer. Pero los que dicen: ahora la gente ya no se divierte como antes. Hombre, ¡no nos divertimos nosotros, que ya tenemos una edad! ¡Los jóvenes de 25 años deben de estar divirtiéndose de cojones! Y cuando sean mayores dirán: "Ah, los jóvenes de hoy ya no se divierten como nosotros...".